«La
mediación abre los ojos a una realidad compleja; a entender que las
cosas no son nítidas ni iguales para todos; a pensar que se pueden
cambiar las percepciones sin dejar de ser uno mismo y rehacer las
expectativas iniciales e individuales por expectativas conjuntas; a
ver que para la comprensión ajena se necesita la autocomprensión y
el autoconocimiento; a saber que el conflicto es propio de todos y,
por tanto, tiene aspectos positivos y negativos; a creer que las
cosas pueden mejorar con la colaboración y a confiar en que ésta
tenga un potencial de cambio social.»
(Munné, M., Mac-Cragh, P., 2006.)